Alejandro decidió cambiar su historia y aprendió a leer y escribir

Hacía 13 años que trabajaba en la firma Carpal cuando le develó a sus empleadores que no estaba alfabetizado. Con un fuerte compromiso por parte de la empresa, buscaron los resortes para que se capacite con la ayuda de la Universidad Popular de Colonia Caroya. Aquí te contamos un poquito de esta inspiradora historia.

Por Nicolás Luque

Alejandro tiene 41 años, una compañera y dos hijos, de 6 y 18 años. Son su familia y también el principal pilar en el que se apoyó para iniciar un camino que sigue transitando hasta hoy: aprender a leer y a escribir.

Hace 13 años que trabaja en la empresa Carpal SA y el año pasado se animó a entrar a la oficina de César Griffa, su Jefe, -después de varios intentos- y le contó que no estaba alfabetizado.

Antes no lo había hecho porque tenía miedo de perder el empleo.

Muy lejos de esto, la firma caroyense asumió el compromiso de ayudarlo y se conectaron con la Universidad Popular de Colonia Caroya, con la que comenzaron a trabajar.

Después de algunas reuniones, decidieron armar un centro de alfabetización en las instalaciones de la empresa y Alejandro empezó sus clases personalizadas.

El Jefe de Planta de Carpal, Anibal Sager, contó que la iniciativa surgió gracias al compromiso de la firma con sus trabajadores.

“El tema fue tratar de incluir al personal, que se desarrolle, no sólo en el ámbito laboral, sino en su vida cotidiana”, relató.

Alejandro ya lo había intentado en otra oportunidad, pero sin éxito. Para quien no sabe leer y escribir en pleno siglo XXI no es fácil admitirlo, ni sobrellevarlo, sin una mano que se tienda para apuntalar ese camino. Allí estuvieron presente empleadores comprometidos y una entidad educativa que decidió salir de los claustros hacia la comunidad.

La idea es que el programa pueda continuar el año próximo y que, tal vez, otras empresas se puedan sumar.

“Me animé a sumarme a esto porque lo necesitaba y estoy muy contento, quiero seguir y lo que quiero es que la gente que no sabe leer, que no sabe escribir, se anime, porque es muy lindo, y las empresas que se animen a decirles que los van a apoyar”, expresó Alejandro, feliz de poder contar su experiencia.

Aunque es un proceso lento y requiere de mucha fuerza de voluntad, el resultado realmente le cambió la vida. Ahora puede ser más libre y no depender de otros para que interpreten un cartel por él.

Alejandro contó que quiere seguir adelante y después buscar “otra meta”. Agradeció la ayuda de Carpal, que asumió el compromiso y lo sostuvo en el tiempo.

Por su parte, Anibal explicó que puertas adentro de la firma se viene trabajando en un cambio de enfoque sobre los liderazgos, teniendo muy en cuenta la importancia de reforzar lo mejor de cada uno de los integrantes de la firma.

Para ello es fundamental tener en claro que esto sólo se logra si cada uno se siente bien en su trabajo.

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