Se cumplen cinco años del crimen de Wanda Navarro
El 23 de octubre de 2018 la joven salió hacia el colegio, como lo hacía todas las mañanas, pero nunca regresó. A partir de allí comenzó una búsqueda desesperada que culminó dos días después, con el hallazgo de su cuerpo mutilado en un descampado. Tenía sólo quince años. Para la Justicia, fue un crimen por encargo y pudieron condenar a los autores materiales y a quien les pagó para que ultimen a la adolescente. Sus padres, la recuerdan.
Wanda Navarro tenía sólo 15 años cuando se topó con la tragedia. El 23 de agosto de 2018 salió en dirección al colegio y nunca regresó.
Sus padres hicieron la denuncia y de inmediato se montó un procedimiento de búsqueda que culminó dos días después, de la peor manera: el cuerpo mutilado de la joven fue encontrado en un descampado ubicado dentro del predio de Estancia La Florida.
Los primeros en caer fueron los autores materiales del hecho, que permanecieron tras las rejas hasta el 22 de noviembre de 2022, cuando la Cámara Cuarta del Crimen los condenó a prisión perpetua.
Pero también cayó Romina Vernola, una joven relacionada al mundo narco, que fue sindicada como la autora intelectual del crimen y también recibió una pena de prisión perpetua por el homicidio.
Rubén “El Bebe” García, Claudio Damián Schmidt y Walter Maximiliano Vargas, pasarán más de 30 años tras las rejas.
Los padres de Wanda, Stella Tevez y Marcelo Navarro, recordaron el horror que vivieron y todavía sienten que no se hizo justicia, a pesar de las condenas.
“Desde el 23 de agosto de 2018, aprendí a vivir el día a día, me levanto por mi pequeño, que es chiquito todavía”, afirmó la mamá de la víctima.
Y añadió: “Las condenas nunca van a ser suficientes, como lo dije en el juicio, para mí tendría que existir la pena de muerte y a los que le hicieron eso a mi hija tendrían que haberle dado pena de muerte”.
Tanto ella, como su esposo, dijeron sentir mucha “impotencia” y “bronca”, dado que durante el proceso judicial se enteraron de los detalles del horror que tuvo que atravesar Wanda.
Los asesinos nunca pidieron disculpas y hasta el último momento se declararon inocentes de semejante barbarie.
Stella lleva el dolor en el rostro, en el alma, en cada fibra de su cuerpo, y quiere saber dónde mataron a su hija. “Sólo quiero llevarle una flor”, afirmó con un nudo en la garganta.
Aunque la justicia de los hombres encontró y sentenció a los culpables, ella todavía no logra el consuelo.
Sólo la tranquilizó una señal que le dio la propia Wanda a través de un sueño, donde se apareció y le dijo que estaba bien.
