Un mapeo autocrítico a raíz de las PASO 2023

Hoy el país argentino, muestra tres caras: el duelo del oficialismo, la preocupación de la oposición y una apuesta por un modelo distinto. ¿Cuál es el verdadero cambio que buscamos? 

Tras conocer el escrutinio de las PASO 2023, el país entero quedó en shock ante los resultados tan sorpresivos que dejaron parado a Milei como el candidato a presidente más sufragado por la gente. 

En diferentes provincias, las elecciones primarias arrojaron resultados arriesgados que posicionan al libertario como futuro presidente de la nación con el 32,43% de los votos y con una Argentina pintada de violeta que podría implicar el fin de muchos derechos conquistados. 

La torta se dió vuelta y ante la histórica grieta, muchos optaron por un libertario que ampara a ciudadanos que no se ven representados por el oficialismo ni la oposición. Sin embargo, más allá de partidos políticos y líderes… ¿Estamos preparados para un modelo de este tipo?. 

Si ponemos en la mira las propuestas y discursos de la política antisistema de ultraderecha: ¿Cuál es el verdadero cambio que busca el argentino?. 

Cada día, la sociedad de hoy nos bombardea mostrando un mundo de relaciones y vínculos remotos. Desde una pantalla, estamos habilitados a ver una película que trata de la vida real: robos, inseguridades, muertes, derechos cuestionados, miedos y mentiras.  

Como usuarios del Internet, nadamos sumergidos en la red,  en la cultura del hate, del miedo, del meme donde todo lo importante se banaliza, se deja pasar y la nefasta realidad que nos entristece día a día pasa a ser algo que sin darnos cuenta termina siendo naturalizando en un click, en un like, en un comentario y no más. 

El miedo, la desesperanza y la desilusión frente a políticos que no nos representan, hoy dividió al país en tres. Muchos votan con la esperanza de un futuro digno de trabajo popular, otros más bien de derecha y hoy nos pega un cachetazo el grito ahogado de ciudadanos que apuestan por un modelo político que podría generar cambios drásticos para nuestra Argentina. 

Hace cuarenta años, nuestro país logró conquistar uno de los derechos que hoy nos pone en plena democracia con libertad de expresión. Podrían colgar de un hilo derechos adquiridos de trabajadores; estudiantes que poseen educación pública; mujeres e integrantes de la comunidad LGTVQ que conquistaron espacios; personas con escasos recursos que consiguieron subsidios; adultos que tienen jubilaciones.

La gente dice estar cansada de todos los políticos y quiere poner un límite: ¿Pero que precursor político avalamos?. Estar cansados no nos habilita a soltar un puñado de derechos conquistados. Sin tratarse de grietas, la autocrítica está en poner el ojo en las oportunidades que hasta hoy se conquistaron.

Muchas personas no ejercieron el derecho a votar y quedaron a la perisferia de una Argentina sin voz. Si no fuiste a votar, no tires la toalla que octubre te espera para ejercer uno de los derechos más lindos que tiene un civil.

La autocrítica no es motivo para odiarnos entre ciudadanos sino una invitación para pensar y debatir por una Argentina unida, soberana y fuerte que no vuelva a permitir que alguien en el poder destruya la patria.

Nota de Opinión por Preziosa Nicolle

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