Valentina logró viajar a Buenos Aires y recibió un tratamiento médico
La pequeña de siete años, fue revisada por muchos doctores y presentaba una posible enfermedad hepática con principios de cirrosis. Su madre, Marita, decidió hacer una rifa y juntar el dinero para llevar a su hija al Hospital de Niños de Buenos Aires. Junto a su esfuerzo y con la solidaridad de la gente logró cumplir su meta y su hija se encuentra diagnosticada con un tratamiento médico controlado.
Marita, mamá de Valentina había tomado la decisión de contar la afección hepática de su hija Valentina para realizar una rifa y recaudar el dinero necesario para viajar a Buenos Aires en busca de un diagnóstico para su hija.
Gracias a la solidaridad de la gente, Marita y Valentina lograron viajar hacia el hospital pediátrico de Niños Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires. Allí, la niña fue atendida por un gran grupo de especialistas en transplante” y comenzaron con una serie de exámenes médicos que llevaron más de una semana para conocer de forma acertada la enfermedad de la niña.
Los estudios previos de Valentina, mostraban un cuadro agravado de principios de cirrosis y no se determinaba si la enfermedad era genética o generada por una infección.
Por mucho que el tiempo se hizo esperar, luego de un largo viaje, los resultados salieron a la vista:
“Valentina tiene una hepatitis inmunológica, que es una reacción del cuerpo que rechaza el hígado. Le dieron un tratamiento de por vida, es una enfermedad crónica”, contó la mamá.
Generalmente y en el caso de la niña de siete años, la causa de la hepatitis autoinmune es desconocida. Es una enfermedad que si se trata a tiempo, puede controlarse mediante un tratamiento controlado en fármacos que inhiben el sistema inmunológico.
Si bien, en el transcurso de la adolescencia de Valentina podría pensar en recibir un trasplante de hígado, por el momento, los médicos le recomendaron que transite una niñez tranquila, con un tratamiento de pastillas y 24 gramos de corticoides.
En relación a la solidaridad que recibió Marita para concretar el viaje y recibir el tratamiento de su hija, expresó:
“Estoy muy agradecida de la gente, que gracias a ella yo puede viajar y estar en un hotel. Siempre me están mandando mensajes para saber cómo está Valentina”.
Valentina, puede llevar una vida normal y aún en su niñez no entiende de qué se trata su enfermedad. A pesar de poder tener ciertas complicaciones y alteraciones en su cuerpo, puede desarrollar una infancia feliz.
“Esto va para rato. Pero ahora estoy mucho más tranquila porque acá no habían dado con la enfermedad si sabían que era una sorrorisis pero no de que. Pensamos que podía ser la genética y sale que no, es la enfermedad que se le despertó”, concluyó Marita.