Celema: “Creadores de sueños”
“Materializamos la idea que tiene el cliente”, así, Emanuel Cabral, resume en forma magistral lo que hacen junto a Albana Salazar, quienes forman parte de este emprendimiento caroyense que no para de crecer. Hace muchos años que vienen trabajando artesanalmente y desde la pandemia se volcaron por la fabricación de juegos didácticos y elementos lúdicos de madera.
La historia de Celema comienza muchos años atrás, pero salió a la luz en medio de lo que implicó la crisis del coronavirus.
Emanuel Cabral y Albana Salazar ya tenían un emprendimiento de artículos de cotillón que vendían al por mayor o en forma particular, pero la cuarentena obligatoria los impulsó a buscar una nueva manera de ganarse la vida.
Él había realizado un curso de carpintería en la Universidad Popular en el 2018 y decidió poner en práctica esos conocimientos y su paciencia y dedicación por los trabajos manuales.
Así nació “Celema, creadores de sueños”, fabricando juegos didácticos para niños, totalmente hechos en madera.
Comenzaron a vender por las redes sociales y el “boca en boca” los fue conectando con más clientes, que empezaron a pedir cosas específicas. Por eso Emanuel lo define así: “Materializamos la idea del cliente”.
Muchas veces la gente viene con lo que vio en algún lado y pide algo similar, o necesita algún juego con medidas específicas para que entre en determinado lugar de la casa. Ahí es cuando se pone en marcha esta verdadera fábrica de sueños y aventuras.
En Celema trabajan a pedido y tratan de brindar una atención personalizada a cada uno de los clientes, que se fidelizan por la calidad y el amor que hay en cada producción.
Cuando llegamos al taller de Emanuel y Albana, nos recibieron con una sonrisa y muchas ganas de mostrar lo que hacen a diario.
Desde rompecabezas, hasta mesas con encastres, pasando por sillones, caballos mecedores y lo que a uno se le ocurra, todo, lo hacen posible.
Una historia de amor por Messenger
Celema no sólo es el fruto de la necesidad, sino también de una historia de amor que comenzó hace casi 15 años, cuando Emanuel y Albana se conocieron casi de casualidad por la antigua red de mensajería instantánea “Messenger”, con la que seguramente muchos de nuestros lectores tuvieron contacto alguna vez.
Él en Colonia Caroya y ella en Santiago del Estero, cada uno con su vida y su experiencia, comenzaron a conocerse virtualmente hasta que pudieron encontrarse personalmente.
A partir de allí, no volvieron a separarse, incluso a pesar de la distancia. Ella es docente y trabajaba en su provincia, y él hasta dejó un trabajo para ir a verla.
Entre idas y vueltas, viajes y mudanzas, se establecieron en Colonia Caroya y desde entonces no sólo comparten un emprendimiento, sino también la vida entera.
“Nos cuesta mucho estar separados”, cuenta Emanuel en relación a los momentos en los que deben viajar por distintas razones.
Ese cariño que se evidencia en la forma en que se miran, desborda a todo lo que hacen. Por eso continúan fabricando artículos para cotillón e impulsan Celema, que en el 2021 pasó por un proceso de Incubación.
Emanuel agradeció el aporte y la ayuda de la Municipalidad de Colonia Caroya, que no sólo les brindó asesoramiento, sino que fue el puente a través del cual consiguieron un crédito blando para comprar las primeras máquinas.
El trabajo de Juan Cruz Amuchástegui, en la Oficina de Empleo, fue fundamental para apuntalar el emprendimiento.
Pueden encontrarlos en las redes sociales como “Celema Didácticos” y si tienen alguna ideas sin concretar, ellos son lo que están necesitando