Inauguró la primera escuela edificada con botellas reciclables en manos de padres y docentes

Padres, docentes y colaboradores forjaron con sus propias manos una escuela sustentable de nivel inicial y primario en Colonia Caroya. Este lunes, la escuela Olga Cossettini recibió a sus alumnos en las nuevas instalaciones que se construyeron con gran sacrificio. La institución estimula una educación sustentable y amigable con el ambiente.

Este lunes se inauguró la escuela Olga Cossettini, una de las instituciones educativas más distintivas de la zona, por su pedagogía y edificación ecológica. La institución se caracteriza por ser una eco- escuela que está promovida por la Fundación Educativa La Huella de Colonia Caroya.

Anabel Uanino, presidenta de la fundación y directora de la escuela, contó que este lunes se vivió un momento “especial” al ver llegar a los estudiantes a sus nuevas instalaciones, lugar que se viene “ideando y soñando” con gran esfuerzo. 

Desde el año pasado, la fundación, el equipo de gestión y los padres de los alumnos, vienen construyendo el edificio con un método innovador de tecnología en experiencia 3 C. 
A la idea, se sumaron personas relacionadas al saber de la construcción, como es el caso de Lucas Recalde, referente que desarrolló la tecnología en experiencia 3 C o la arquitecta Emilse Vettori.

Originariamente, la escuela nació en el año 2018, con dos grupos que luego fueron abriendo los siguientes niveles. Mientras construían su institución de manera sustentable, comenzaron a dar clases en otro espacio temporario ubicado en Chacra de Luna, de Colonia Caroya.

Actualmente, la escuela está conformada por 96 alumnos de nivel inicial (sala de tres, cuatro y cinco) y de nivel secundario (de primer a sexto grado). Este año, se incorporaron estudiantes de sexto grado, “por eso el apuro para que puedan habitar en su último año el nuevo espacio”.

Según explicó Anabel, el proyecto pedagógico de la institución está articulado con la infraestructura del espacio. Así, afirmó que habitar la nueva instalación permitirá potenciar la propuesta educativa:

“ Se va a visibilizar mucho más esta forma de plantear la enseñanza, de pensar otras formas de agruparse y organizarse.(…) Ahora sí que desde lo pedagógico vamos a poder potenciar un montón la ideas y los resultados están a la vista porque los chicos aprenden con disfrute”, reflexionó.  

La idea de crear con sus propias manos un edificio sustentable, se conecta con una enseñanza pedagógica que los niños van adquiriendo mientras transitan el lugar.

La directora comentó que capacitan a los niños para que tengan una visión con conciencia ambiental, en cualquier actividad de su presente y futuro.

Explicó que utilizar elementos no tradicionales con ventajas ambientales, es el inicio de un camino para pensar en soluciones más amigables con el ambiente.

Para despedir el antiguo espacio (en Chacra de Luna), una vez desarmado el tejido perimetral, docentes y alumnos se reunieron por última vez en el patio para cantar y contar anécdotas, imágenes y sensaciones que cada uno se llevó del lugar.

¿ Cómo se edificó la escuela?

El edificio comenzó siendo una estructura de madera, donde en los primeros  500 metros cubiertos se rellenó cada muro con más de 70 mil botellas plásticas recicladas en fardos PET. Levantadas las paredes, procedieron a rellenar techos y murales con lana de oveja, durlock, revoque y barro.

El espacio sustentable utiliza ahorro de energía, reciclaje, y vidrios que funcionan como materiales aislantes de temperatura y sonido, donde la calefacción y la refrigeración se dan de forma natural. También cuentan con un sistema de ventilación con energía geotérmica, donde con el aprovechamiento del calor del interior de la Tierra, renuevan el oxígeno de los espacios.

A futuro, planifican proyectos de recuperación de las aguas grises y de energía solar con equipamientos de pantallas solares. 

La escuela busca que los niños sean “protagonistas” en el cuidado ambiental, mediante el estudio de proyectos educativos de ciencia, tecnología y arte. 

“Una vez que te adentras en estos temas, es fascinante porque hay un montón de desarrollo. Pero es difícil adquirir y poner en práctica los hábitos. A veces, la gente piensa que es difícil por una cuestión económica, pero en realidad se trata de animarnos a tomar otro camino de investigar. Queremos que nuestros estudiantes tengan ese espíritu curioso y que analicen otras alternativas”, explicó la directora.

¿ Qué hacen los alumnos?

Anabel fue muy firme en su ideal de enseñanza:

” Queremos que nuestros estudiantes tengan ese espíritu curioso y que analicen otras alternativas”, comentó.

De hecho, dichas pedagogías sustentables ya se ven reflejadas en diferentes prácticas de niños de todas las edades. Además de estudiar en una instalación que está edificada sobre alternativas sustentables, los estudiantes trabajan en constantes actividades que permiten conectarlos cada vez más con la naturaleza.

Para detallar sobre algunas tareas, utilizan los baldes de pintura que sobraron de la edificación para colocar la basura seca y de compostaje.
Entre miles de trabajos, a partir de lo materiales recilados, los niños de sala de tres, realizan títeres e infinidades de objetos.

 

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