El párroco Martín Cervato con un durísimo mensaje a la clase política

“Hay en nuestra zona mucha gente que la pasa mal, mucha gente excluida”, afirmó el sacerdote, que dio una homilía lapidaria en el Tedeum que encabezó durante las celebraciones del Día de la Independencia. Aseguró que fue una “invitación” para todos los sectores de la sociedad se involucren.

Con la solemnidad que caracteriza a este tipo eventos litúrgicos, el Padre Martín Cervato, párroco de Colonia Caroya, aprovechó la oportunidad para dejar un mensaje a los dirigentes políticos que estuvieron presentes en la Parroquia de Monserrat.

“Esa palabra siempre nos interpela y nos invita a vivir el tiempo presente”, aseveró el sacerdote.

Hizo un repaso de un pasaje de la Biblia donde Jesús pide que no se debe invitar a la mesa a los que más tienen, sino a los más pobres, a “los últimos”, como los definió el padre Cervato.

“En nuestra sociedad hay muchos que quedan excluidos, entonces hicimos eco de esa invitación que nos pega a todos, nos cuestiona a todos, porque hay en nuestra zona mucha gente que la pasa mal, mucha gente excluida, los jóvenes y el tema de las adicciones que crece exponencialmente”, afirmó.

Y añadió: “Es como que pareciera que ellos no están sentados en nuestra mesa de decisiones, decidimos como si ellos no existieran, entonces esa es la invitación de Jesús para construir una patria en paz y con justicia, acordarnos de ellos, sentarlos en nuestra mesa de decisiones y trabajar por ellos, si están los últimos, estamos todos”.

Cervato intentó no polemizar, pero dejó en claro que cada uno de los argentinos quiere una patria unida y justa, pero esa patria se concreta en el lugar donde uno habita, y es allí donde se debe trabajar para lograr acciones concretas.

“Todos tenemos delegado un poder de decisión, pero para administrar algo que no es nuestro, es del pueblo; entonces, si es del pueblo, no es nuestro, y no nos podemos adueñar de ello, sino que lo tenemos que hacer con criterios que de alguna manera involucre a todos los sectores de nuestra sociedad y donde no quede alguno excluido o aparte”, sentenció.

Durante la homilía se notó la tensión en el ambiente, sobre todo cuando leyó algunos pasajes del texto, como el siguiente: “Nos tiene que cuestionar que en nuestra zona haya tanta desigualdad, todavía haya gente sin agua, sin luz, que no sabe leer ni escribir, que viven hacinados y en condiciones inhumanas; hay jóvenes sin ir a la escuela; y la pandemia de las adicciones infecta cada día a hermanos más pequeños”.

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