Colonia Caroya permitirá que las antenas de telefonía se instalen en la zona urbana

Finalmente se logró una modificación de la ordenanza que regula este tipo de estructuras, un tema que tiene una larga historia de confrontación puertas adentro.

Por Nicolás Luque

El Concejo Deliberante de Colonia Caroya aprobó por unanimidad la modificación de la ordenanza Nº 2084, que regulaba todo lo inherente a este tipo de torres.


La titular del Legislativo, Eliana Debuck, afirmó que fue un tema que se abordó por la gran necesidad de mejorar la conectividad en la ciudad.


Hasta ahora, el municipio caroyense impedía que las estructuras de telefonía celular se instalen en la zona urbana, con lo cual, hay muchos sectores que directamente no tienen señal.


Luego de estudiarlo detalladamente, los ediles de los tres bloques que integran el cuerpo votaron a favor de las modificaciones.


Entre los cambios más salientes, se destaca la autorización para que las torres se puedan instalar en la zona urbana, permitiendo además la colocación de microceldas –que son estructuras más pequeñas- incluso en espacios y edificios públicos.


La flamante normativa abre la posibilidad de que puedan disponerse columnas soporte de hasta 45 metros de altura, salvo que haya alguna restricción a nivel provincial o nacional.
A la vez, las distintas empresas que ofrecen servicio de telefonía celular podrán compartir estructuras portantes, con lo cual, la distribución se realizaría de manera más uniforme.

Se termina una grieta en la ciudad

Las torres de telefonía celular fueron un terreno de disputa entre quienes, a principios del 2000, estaban a favor o en contra de la instalación de antenas.


Se realizaron manifestaciones, hubo audiencias ciudadanas, se convocó a profesionales en la temática y hasta se organizaron protestas que impidieron la instalación de algunas torres dentro del ejido urbano de Colonia Caroya.


El caso testigo de esta confrontación fue la antena ubicada en calle Pedro Patat –la única que actualmente sigue en zona urbana-, que terminó con una resolución del propio Concejo Deliberante ordenando su remoción, algo que nunca se concretó.


Pero pasaron los años y el tema se fue calmando, tal vez porque la comunidad dejó de tener tanto recelo hacia las ondas electromagnéticas y sus supuestos efectos adversos para la salud.
Eduarda Peresotti es la vecina que vive al lado de esta enorme columna de 55 metros de altura y sigue pidiendo que la saquen, aunque ya sabe que es una guerra perdida. “Me ganaron por cansancio”, expresó.


Después de negarse por años, ahora tiene un celular que le regalaron sus hijos, pero sigue sosteniendo que es un aparato que sólo debería utilizarse para casos de emergencia o de trabajo.


De ahora en adelante, la modificación en la legislación abre las puertas para que se instalen otras antenas en la zona urbana, lo que permitirá que mejore la señal 4g en los sectores que son definidos por los técnicos como “puntos muertos”, algo que se da, sobre todo, en la zona rural de la ciudad.

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