El médico del pueblo renunció y lo despidieron con un aplauso luego de su última consulta
Sinsacate es un lugar que tiene una idiosincrasia propia y el doctor Andrés Carrillo fue parte de la vida de cada habitante de la localidad en los últimos 15 años. “Esta es mi casa”, dijo al cerrar por última vez el dispensario.
Por motivos que no fueron informados con claridad, el doctor Andrés Carrillo, que en los últimos 14 años y medio fue el responsable de la Dirección de Salud en Sinsacate, renunció inesperadamente a su cargo.
Hace algunos días comenzaron los rumores y este miércoles 31 de julio fue su último día como el “doctor del pueblo”, como muchos lo llamaban.
No sólo era funcionario municipal, sino que también atendía consultorio y tenía la responsabilidad de llevar a cabo las políticas sanitarias de la ciudad, que siempre apuntaron a brindar un servicio de gran calidad.
Llegó en febrero de 2010, convocado por el intendente Carlos Ciprián, que va por su cuarto mandato alternado al frente del Ejecutivo y, con algunas idas y vueltas, siempre estuvo al frente del área, incluso durante la etapa más dura de la pandemia del coronavirus.
Después de varios días en que la noticia fue corriendo “de boca en boca”, como ocurre en los pueblos del interior, finalmente este miércoles llegó el día de su partida.
Un grupo de vecinos, junto al personal del dispensario, organizaron un aplauso comunitario de despedida que lo dejó totalmente sorprendido. “Debo tener las coronarias muy bien”, bromeó todavía shockeado al ver a tanta gente.
Con lágrimas de emoción, se abrazó con cada una de las personas que se acercaron a saludarlo. Algunos, que fueron sus pacientes de niños, llevaban a sus hijos en brazos para despedir a Carrillo, que es dueño de un carisma muy particular.
Su frontalidad a la hora de plantear algunas cuestiones siempre le trajo inconvenientes, pero nunca llegaron más allá de los roces típicos de la política.
Luego de recomponerse de tanto afecto, dijo que los últimos días “fueron muy duros desde lo emocional” porque cada persona que lo saludaba y se despedía removía en él el dolor que le causa la decisión que tomó.
No quiso ahondar demasiado en los motivos de su partida, pero dejó en claro que no está de acuerdo con las nuevas directivas del Ejecutivo.
Agradeció a su equipo, “a los de antes y a los de ahora”, porque siempre estuvieron dispuestos a seguir la consigna que sostuvo como bandera para dirigir el único centro de salud de la localidad: que no se parezca a un dispensario.
Es por eso que, como no ocurre en casi ningún espacio de atención primaria del Norte de Córdoba, las puertas están abiertas durante 12 horas diarias y hay 25 profesionales trabajando en distintas áreas, para brindar una atención de calidad.
Carrillo sostuvo que logró que la contención de los pacientes sea lo fundamental.
“Pero las circunstancias cambian y no van con lo que es uno, entonces hay que tomar decisiones”, deslizó.
Y añadió: “Pero me voy con la felicidad de haber dado todo, no me llevo absolutamente nada, di todo para cada persona, aunque más no sea una escucha, que creo que es la función de un médico del primer nivel de atención, que trabaja en un dispensario, aliviar siempre, curar a veces, pero aliviar siempre, y a veces se logra sólo escuchando y hablando”.
Cabe destacar que ningún funcionario del municipio participó de este emotivo momento.