Habló el abogado de la gendarme acusada de hacer “desnudar” a otras aspirantes de la Escuela de Suboficiales

El Dr Mauricio Arriagada sostuvo que ninguna de las “supuestas víctimas” se presentó como querellante y aseguró que lo ocurrido formaba parte del entrenamiento dentro de la institución castrense. Afirmó que denunció hechos de presunta “corrupción” dentro del establecimiento pero esa causa, hasta el momento está frenada.

Por Nicolás Luque

El abogado Mauricio Arriagada es especialista en temas inherentes a Gendarmería Nacional. Estuvo vinculado a muchos casos cuando ocurrió la protesta de 2012 y logró que algunos de los efectivos que fueron echados de la fuerza regresaran a sus puestos. También representa a familiares de las víctimas de la tragedia en Rosario de la Frontera, por lo que conoce como nadie las cuestiones internas de la institución.

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Ahora es el representante legal de la cabo de Gendarmería que está acusada por haber hecho desnudar colectivamente a unas 100 aspirantes a ingresar a la fuerza.
Según lo que reza en el expediente, la acusación implicaría el ejercicio de un abuso de poder por parte de la imputada, con un trato que se considera indigno.
Esto habría ocurrido en el marco del entrenamiento de baño que se realiza habitualmente para que cada aspirante pueda estar vestida en menos de 40 segundos, ante cualquier eventualidad que pudiera acontecer.

Palabra del defensor

Arriagada se mostró molesto por el título del diario La Voz del Interior, y explicó que este tipo de prácticas de baño en forma comunitaria es algo común dentro de la Escuela de Suboficiales.
Cuando ocurrieron los hechos, en marzo de 2022, había un solo sanitario con agua caliente para que utilicen alrededor de un centenar de mujeres aspirantes, no sólo para bañarse, sino también para hacer sus necesidades fisiológicas.


Arriagada aclaró que tanto las barracas, como los baños, no tienen ningún tipo de privacidad. Las efectivas que denunciaron estos hechos estaban transitando el entrenamiento hacía 40 días y debían permanecer internas durante toda la semana dentro de la Escuela.
El caso inició cuando una de las estudiantes elevó una queja formal a la Dirección del establecimiento y fue el mismo director de ese momento quien denunció lo que estaba ocurriendo.


El abogado sugirió que se intenta cargar las tintas sobre su defendida, que está imputada por “abuso de autoridad” y “exhibiciones obscenas”, pero nadie quiere avanzar hacia arriba en la cadena de mando.
La acusada “ostenta el grado más bajo en el escalafón de suboficiales” y dependía de otros oficiales que estaban coordinando sus acciones.
“Hemos pedido planos del lugar, una inspección ocular de cómo estaba el lugar en ese momento, situaciones que fueron negadas por las autoridades de Gendarmería”, afirmó Arriagada.


Y añadió: “Nos anoticiamos de este procedimiento, de esta denuncia, que no la realizó ninguna de las supuestas víctimas, sino el mismo director de la Escuela de Suboficiales de aquella época, es más, a la fecha no hay ninguna de las supuestas víctimas constituida como querellante ni como actor civil”.


El defensor sostuvo, además: “A mi clienta se la llama a declarar el 9 de septiembre y el 13 de septiembre nosotros presentamos una denuncia por supuestas situaciones de corrupción en las cuales no hay una aplicación correcta del presupuesto por parte de la Dirección de la Escuela”.
Aseguró que el Ministerio Público Fiscal tendría que indagar si estaban dando las condiciones de dignidad para alojar a unas 100 mujeres para realizar el curso de gendarme, y si se contaba con la infraestructura necesaria.


Las jóvenes aspirantes debían hacer fila sin ropa en la puerta del único sanitario que contaba con agua caliente para ir a bañarse.
“Todas estas situaciones de irregularidades fueron planteadas en el expediente administrativo y en la Justicia”, subrayó tajante el abogado.
Y agregó: “Estamos ante una situación en la que se pretende acusar a alguien que no tenía las competencias para garantizar esa infraestructura”.
Por eso, dentro de su estrategia, intentará que la Justicia busque responsabilidades hacia arriba en la cadena de mando.

Prácticas habituales

Arriagada no respondió en forma directa sobre las acusaciones a su defendida de que, en el momento de esta práctica de “baño” en que se hizo desnudar a las presuntas víctimas, algunas estaban cursando su periodo menstrual. Pero sí detalló que este tipo de práctica se realizaba todos los días a las 19 horas, para que luego de higienizarse, las aspirantes pudieran pasar al comedor para cenar.
Cabe destacar que la imputada fue sancionada por una “falta grave” puertas adentro de la institución, pero sigue formando parte de la fuerza.

¿Encuestas direccionadas?

Arriagada contó que la causa se inició por el reclamo de una aspirante y allí comenzó la intervención de la asesora legal de la escuela.
Por disposición de la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas, se realizó una encuesta entre todas las demás alumnas que estuvieron en el momento en que habrían ocurrido los hechos, y esos testimonios son los que sostienen la acusación.
Para el abogado, las preguntas de esa consulta estuvieron “direccionadas” para conseguir los elementos de prueba.

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