“Ramonita”, la primera víctima de femicidio de Córdoba que se convirtió en una santa popular

Ramona Moreno fue asesinada hace 90 años por su pareja “para que no fuera de otro”. En la actualidad, hay documentos del caso que se pueden consultar en el Archivo Histórico de la Provincia. Su tumba en el cementerio de San Vicente se convirtió en un santuario donde los vecinos le rinden culto y piden ayuda.

Corría mayo de 1934 y la conmoción se apoderó de Córdoba cuando los medios de comunicación dieron a conocer la noticia más terrible: Ramona Moreno, conocida como “La Ramonita”, había sido asesinada a los 25 años por su pareja, Raimundo Telésforo Morales.

Es el primer femicidio documentado del siglo XX en la provincia, que conmovió a la opinión pública por el horror y crueldad del crimen.

El cuerpo sin vida fue encontrado en Güemes y hoy sus restos yacen en el cementerio de San Vicente, donde su tumba se convirtió en el lugar al que los vecinos de la zona acuden a rendirle culto, hacerle pedidos y hasta agradecer buenas noticias.

En el año en que se conmemora el 90 aniversario de su asesinato, la historia de “La Ramonita” está más presente que nunca a través de la lucha de las mujeres que siguen haciéndole frente a la violencia de género; y con la preservación de su memoria poniendo en valor su tumba y accediendo a documentos inéditos disponibles en el Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba.

Al respecto, Gabriela Parra Garzón, directora del espacio ubicado en Av. Poeta Leopoldo Lugones 401 (Centro Cultural Córdoba), cuenta: “Tenemos un documento único vinculado a esta santa popular. Fue el primer femicidio documentado en Córdoba y contamos con una copia de un informe que se supo enviar a la penitenciaría donde Raimundo Telésforo Morales estaba preso”.

“El victimario era una persona que ya tenía otras causas, entonces se le unificó la sentencia. Este documento es el que nos permite tomar contacto con esta historia tan fuerte de Ramonita, que muchos cordobeses no conocen y que resultó ser una figura de culto de los barrios Güemes y San Vicente”, agrega.

Además, quienes ingresen en el hall central del Centro Cultural Córdoba, pueden apreciar una vitrina donde se rinde homenaje a Ramona Moreno con imágenes de su tumba, fotografías de ella y una réplica de parte del documento que también se puede ver dentro del Archivo, con los cuidados específicos para la conservación y manipulación adecuada del material.

Una santa popular

Andrea Salcedo Burdet es directora General de Cementerios de la Municipalidad de Córdoba. La funcionaria cuenta cómo la sepultura de Ramona Moreno es una de las más visitadas de San Vicente y que pasan por allí miles de personas cada año: “Normalmente vienen las madres pidiendo por sus hijos, para que terminen sus estudios, o adolescentes pidiendo por un amor no correspondido o para que les vaya bien en un examen”.

“La verdad es que con el paso de los años Ramonita ha pasado a ser realmente un punto de referencia en el Cementerio San Vicente. Contar su historia es muy importante, porque además nos abre las puertas para que sigamos la lucha por las mujeres que han sido asesinadas y desaparecidas”, reflexiona.

En la tumba restaurada pueden verse frases de agradecimiento, pedidos de ayuda, regalos, los claveles rojos que eran los favoritos de la joven y, en ocasiones, una vela encendida en su memoria.

Sobre Ramonita

Nacida como la menor de diez hermanos, Ramona Moreno trabajó en su adolescencia como empleada doméstica y a los 20 años se casó con Juan Yañiz.

El vínculo no prosperó y poco tiempo después comenzó una relación con Raimundo Telésforo Morales.

A comienzo de mayo de 1934 y sin el visto bueno de su familia, la joven decide irse a vivir a Buenos Aires. Cuando fue a su casa paterna a buscar ropa para el viaje, su madre le reclamó unos discos que le había prestado y que los tenía Raimundo.

Con la promesa de volver con lo pedido, Ramonita se dirigió al encuentro de Morales y nunca más fue vista con vida.

Su asesino llegó a confesar que la mató “para que no fuera de otro”.

Además, La Voz del Interior tituló el 12 de mayo del año del crimen: “Porque no quería quedarse, la maté”.

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