Mario Sánchez sobre Francisco: “Es un papa que nos ha marcado”
El Párroco de Jesús María sostuvo que el pontificado de Francisco marcó “un antes y un después” en la vida de la iglesia y el mundo. Afirmó que es un hombre que supo afrontar todas las miserias humanas sin miedo.

En las últimas horas, la muerte del papa Francisco conmovió a todo el mundo.
Noticias Jesús María se comunicó con el párroco Mario Sánchez de la ciudad de Jesús María para hablar sobre el tema.
Sánchez manifestó que en medio de las celebraciones de Pascua, el mundo entero despertó con la “sorpresa” de la defunción de uno de los argentinos más importantes que dejó una huella en la historia.
El párroco explicó que para los cristianos “más que nunca, no deja de seguir siendo Pascua”, ya que deben guardar su fe en un Cristo resucitado “que abre sus puertas a la eternidad”, sobre todo, para aquellos seres queridos difuntos que son “recibidos en la gloria eterna”. Aseguró que Francisco será uno de ellos, por su gran servicio a la comunidad durante todos estos años.
Declaró que “no deja de ser doloroso”, dado que se trata de un pontífice que sin dejar de pasar por desapercibido, llegó a todos. Con sus enseñanzas y acciones cotidianas, aseguró que Francisco marcó “un antes y un después en la vida de la Iglesia, del Estado y de la política”.
Sánchez contó que era un hombre que a pesar que escribía “muy lindo”, era más conocido por lo que la prensa reproducía:
“Cuando uno lo lee, se da cuenta que es un hombre ha escrito con sencillez y sabiduría. Que nos ha hablado con sus vida, con ejemplos y gestos; abrazando a un niño enfermo, a un preso, a un adulto. Lo que había en su corazón, él lo expresaba con gestos que nos quedan como herencia”, agregó.
El párroco sostuvo que el papa le enseñó a la sociedad “a mirar sin miedo”, aceptando la miseria humana y metiéndose de lleno en ella:
“Nos mostró un estilo, que ojalá que el próximo papa nos ayude a seguir caminando por ese lugar”.
Aseguró que los sacerdotes argentinos han sido formados con el estilo del papa Francisco, con un modelo de formación basado en la sencillez y en soñar cosas grandes. Dejó un aprendizaje donde siempre le dio lugar a las periferias existenciales más humildes.
“Sin distinciones siempre se codeó con el pobre, con los jóvenes y ancianos. Sin tener distinción en el credo, la raza o la política. Abrazó con todo el mundo sin despreciar a nadie, al igual que lo hacía Jesús. Confirmó lo que veníamos pensando y haciendo en nuestra comunidad”.