Colonia Caroya y Oncativo dejaron la grieta atrás y crearon un “salame mixto”
Las dos ciudades siempre protagonizaron una histórica rivalidad por quién hace el “mejor” chacinado del país. Pero Martín Piazzoni y Leonardo Ferreyra, dos productores muy reconocidos, decidieron patear el tablero y se animaron a combinar dos idiosincrasias para darle nacimiento a un producto nuevo, que ya es la veddette en la Feria Caminos y Sabores de Buenos Aires.
No hay dudas de que Colonia Caroya y Oncativo siempre mantuvieron bien en alto las banderas de la rivalidad culinaria. En una ciudad, los orígenes friulanos volcaron toda una tradición de saberes para hacer el salame típico, que es de picado grueso y sólo se condimenta con sal y pimienta.
Pero en el Sur provincial, una colonia piamontesa hizo lo propio con el “picado fino”, agregando a la sal y la pimienta, canela y clavos de olor.
Surgieron dos salames que, para muchos, son muy distintos y allí surge la subjetividad: ¿Cuál es el mejor y más rico?
Esa puja puede parecer menor para quienes lo viven desde afuera, pero en cada una de estas comunidades, se vivencia como una cuestión de Estado, es una fuerza casi patriótica la que convida a la defensa del salame.
Un caroyense de Ley jamás podría decir que el salame de Oncativo es más rico y viceversa.
Pero Martín Piazzoni, reconocidísimo chacinador de Colonia Caroya, decidió reunirse con su amigo –también chacinador- de Oncativo, Leonardo Ferreyra, y se pusieron a discutir del tema.
Lejos de que todo quede en una mesa de café, decidieron predicar con el ejemplo y se pusieron a trabajar en un gesto que podría terminar “amigando” a las dos localidades: confeccionaron el primer “salame mixto” del país.
Así tomaron algunas técnicas caroyenses y otras de Oncativo, para generar este producto que se está presentando en la Feria Caminos y Sabores que se desarrolla en Buenos Aires.
Cuando fueron con la idea, la Agencia Córdoba Turismo la respaldó de inmediato y este chacinado vanguardista ya es la veddette del evento.
Piazzoni contó que de alguna manera había que terminar con esta “pica” histórica entre las dos ciudades y por eso decidieron emprender el desafío.
Usaron una molienda mixta, sal, pimienta, vino caroyense macerado con ajo, quitaron los clavos de olor y añadieron canela.
El producto se hizo hace 25 días y, quienes lo probaron aseguran que salió “exquisito”.
Si bien fue una tirada promocional, también es un gesto importante que no ocultó el ingrediente secreto: la amistad.