Fútbol para gente Sensible sigue creciendo en convocatoria

Cada vez más personas se suman a este espacio libre de violencia que se congrega todos los domingos a las 10 de la mañana en el Museo Jesuítico Nacional de Jesús María. Nació como una idea acotada a un encuentro y desde marzo sólo se dejó de jugar cuando el clima lo impidió.

La Estancia de Jesús María – Museo Jesuítico Nacional tuvo la iniciativa de crear el espacio de “Fútbol para gente Sensible”. El nombre fue lo primero que generó algunas bromas, sobre todo en el ambiente furbolero, que sigue siendo ampliamente machista.

Pero aquello que nació como un solo encuentro, terminó siendo una sana costumbre a la que cada vez se suma más gente.

Detrás del nombre, está lo verdaderamente importante del espacio: jugar sin violencia de ningún tipo.

Así lo contó Emilio, uno de los impulsores de esta idea, dado que la idea fue trabajar ese flagelo que inunda las canchas de todo el país, incluso los pequeños potreros o campos de juego barriales, donde se naturaliza la agresión, los insultos, la discriminación y las burlas. Nada de eso está permitido en “Fútbol para gente Sensible”.

No se puede negar que al principio costó comprender esta nueva dinámica, pero con el paso de las semanas, se logró el objetivo, que es un verdadero orgullo para quienes integran el espacio.

Emilio dijo que es “abierto”, por lo que cualquiera que quiera sumarse puede hacerlo simplemente asistiendo a los encuentros, que son los domingos a las 10 de la mañana en las canchas ubicadas en la parte trasera de la Estancia.

No se exige destreza alguna o entrenamiento, porque la idea es pasarla bien, jugar a la pelota y que lo lúdico le gane a lo competitivo.

Por eso comparten cancha adultos, niños, mujeres y cualquier persona que quiera sumarse.

“Es una iniciativa del Museo a raíz de una propuesta que tuvimos para este año que es reflexionar acerca de la violencia de la sociedad y el fútbol es una parte importante de la sociedad, venimos de un mundial, de mucha efervescencia y la idea era pararnos a pensar un poquito qué genera todo esto más allá de la alegría”, apuntó Emilio.

Además, se da que muchos papás o mamás comparten con sus hijos las jornadas domingueras y, de a poco se va formando una comunidad de amigos que supera ampliamente las dos horas de juego.

Esto demuestra que, con voluntad, se puede lograr que el fútbol sea algo distinto y que muchos de los que no tenían un lugar que los incluya, ahora lo tengan.

24-07-23

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