“Le Herencia del Oso”: tejido con historia

Con sólo seis años, María Antonieta se sentaba junto a su nona Manuela, al lado de una cocina a leña, y allí aprendió el arte del choché. Desde entonces, su vida cambió para siempre, porque encontró la pasión. Su papá, fue una figura fundamental para que, en la actualidad, ella siga viviendo de sus manos.

 María Antonieta Patat es una verdadera artesana del tejido y el alma mater de “La Herencia del Oso”, un emprendimiento que nació en 2005 con un local que estaba al lado de la Parroquia de Nuestra Señora de Monserrat, en el centro de Colonia Caroya.

Luego se trasladó a su casa y desde entonces, sigue trabajando en sus creaciones, que son dignas de una artista.

El nombre es un homenaje a su padre, Don Mario “El Oso” Patat, cuyo sobrenombre lo acompañó durante toda su vida.

“Yo heredé todo de él, era artesano, hacía hierro forjado acá”, contó María Antonieta con los ojos brillosos de emoción. Fue él quien le dijo que ella iba a vivir de sus manos, y eso fue casi como una premonición.

Pero aprendió a tejer con su nona Manuela, que con su santa paciencia le enseñó todo lo necesario para hacer del croché su forma de vida y su pasión. Se sentaban junto a una vieja cocina a leña y allí hilvanaban esas lanas de color, que iban dejando nacer prendas de todo tipo.

María Antonieta sigue esa tradición del tejido artesanal a dos agujas y confecciona prendas para niños y adultos a pedido.

Nunca le gustó producir en serie, y por eso el fuerte de su emprendimiento es trabajar con el cliente en opciones personalizadas.

Casi todos los fines de semana participa en distintas ferias de Córdoba y otras provincias del país, un camino que va forjando con su compañero, Eduardo, con quien tienen tres hijos.

Juntos están equipando una tráfic para convertirla en un motorhome y así recorrer la Argentina ofreciendo sus tejidos.

Pero además de dejar fluir su inventiva, María Antonieta también enseña a quien quiera aprender, con la convicción de que es un arte que no debe perderse.

Tejer es su cable a tierra, su mundo más allá de lo cotidiano y una forma de expresión única. Ella misma aseguró que habla el lenguaje de las lanas y con ellas discute los caminos a seguir cuando se trata de darle nacimiento a una nueva pieza de su infinita colección.

La Herencia del Oso no sólo es un comercio, sino también una forma de transitar la vida que eligió hace muchos años.

María Antonieta tiene el alma de docente, ya que esa es su profesión, que ahora despliega de otra manera.

Su local se encuentra en calle 42 al 3155, pero también pueden encontrarla en Facebook como “La Herencia del Oso tejido artesanal” o en Instagram.

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