Vive en Jesús María, pero atiende alpinistas en el consultorio más alto del mundo

La Médica Cirujana Laura Moreno acaba de regresar del Parque Aconcagua, donde permaneció durante un mes junto a otros 30 doctores, brindando asistencia a quienes quieren hacer cumbre en el pico más elevado de la Argentina

Por segundo año consecutivo, esta joven profesional, de tan sólo 33 años, participó como “médica de altura” en una iniciativa que lleva adelante desde hace varios años la Provincia de Mendoza.

La idea es poder brindar un control previo a todos los alpinistas que tienen como objetivo escalar hasta la cumbre del Cerro Aconcagua, ubicada a 6962 metros sobre el nivel del mar.

Laura Moreno es oriunda de Jujuy, pero se mudó a Córdoba Capital en 2009, donde cursó la carrera de Medicina en la UNC, para luego completar la especialización en cirugía en el Hospital de Urgencias.

Hace cuatro años conoció a su pareja, de Jesús María, y decidió mudarse a la ciudad de la doma y el folklore.

Este año, por segunda vez consecutiva, formó parte del equipo de médicos de altura que se instalan durante la temporada de ascensos en el cerro Aconcagua. Allí compartió el campamento con otros 30 médicos que muchos de años de experiencia.

Contó que lo más complejo es aclimatarse y se deben tener conocimientos de alpinismo, ya que muchas veces deben caminar hasta 8 horas cuesta arriba para realizar un rescate, bajo condiciones climáticas muy adversas.

La hipoxia hopobárica (falta de oxígeno en la sangre) suele ser una de los cuadros más comunes, aunque también se dan edemas pulmonares o algún tipo de trauma.

El equipo del que forma parte la Dra Moreno tiene como objetivo realizar un chequeo médico a todos los alpinistas y, cuando es preciso, les indican que no están en condiciones de subir dado que no cumplen con algunos parámetros clínicos básicos.

En el Aconcagua hay tres consultorios. El primero de ellos, Confluencia, está ubicado a 3200 metros sobre el nivel del mar y tiene las prestaciones de un pequeño hospital de campaña.

Hacia arriba siguen Plaza Mulas (4200 msnm), Plaza Argentina (4300 msnm) y Nido de Cóndores, ubicado a 5600 metros sobre el nivel del mar, uno de los más altos del mundo.

Moreno contó que todos los profesionales van rotando entre una estación y otra, pero muchas veces deben caminar por horas para llegar a los lugares donde se van produciendo distintos siniestros con los alpinistas que suben y bajan permanentemente del cerro.

Además de la medicina, su gran pasión es justamente la montaña, por lo que tiene experiencia escalando y realizando ascensos. “Unir ambas cosas, la verdad que es un placer”, afirmó.

La joven profesional contó que el clima es frío pero soportable en la parte baja, aunque en la cumbre suelen darse temperaturas de hasta 39 grados bajo cero. En esas condiciones, la piel se congela al sólo contacto con el aire, por lo que los cuidados y los equipos con los que cuentan, deben ser los adecuados.

Moreno acaba de bajar del cerro después de estar instalada un mes, y alejada de sus afectos, pero ya anticipa que volverá el año próximo, dado que es una tarea que disfruta mucho, además de sentirse muy útil para quienes se animan a desafiar al Aconcagua.

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