La desgarradora carta que escribió una mujer presuntamente abusada por el ex cura Julio Aguirre

“Es incómodo pensar en que alguien pueda ser tan perverso”, escribió. Es la primera vez que decide expresarse de manera personal sobre el caso, ya que hasta el momento nunca había emitido ningún mensaje. “Denunciar es muy difícil”, afirmó.

La causa por abuso sexual gravemente ultrajante que se seguía contra el ex párroco de Jesús María, Julio Aguirre, fue archivada debido a que el deterioro cognitivo del acusado le impide comprender el proceso en su contra.

Esta decisión, aunque está lejos de ser una condena, y mucho menos una absolución, fue tomada como un alivio por una de las presuntas víctimas.  

La resolución de la Fiscalía de Jesús María deja en claro que había elementos suficientes como para acusar al ex cura de los graves delitos relacionados con la integridad sexual de los denunciantes, que en el momento en que sucedieron los hechos eran menores de edad.

“Siento la necesidad de hablar sobre esto para prevenir que otros sean víctimas de abuso de poder, especialmente abusos sexuales”, reza en uno de los párrafos la carta escrita por “María”.

Le tomó más de 20 años poder afrontar lo que vivió y recurrir a la Justicia. De hecho, hasta la comunidad religiosa de Jesús María la juzgó por su decisión.

“Tenía miedo de que no me crean. Pero finalmente decidí hablar, porque creo que solo la verdad puede traer justicia y paz”, afirma.

María afirma en su carta que siempre “hay que luchar por la verdad y proteger a los más vulnerables”.

La carta de María

Hoy quiero compartir con ustedes algo muy importante para mí. En estos días hubo una resolución en mi caso contra el Sr. Julio Cesar Aguirre, quien abusó de mí hace 27 años cuando él era sacerdote. Esta resolución detalla lo que sucedió.

Como persona de fe y trabajadora de la salud, siento la necesidad de hablar sobre esto para prevenir que otros sean víctimas de abuso de poder, especialmente abusos sexuales. También quiero aclarar cualquier duda que pueda surgir sobre lo que pasó.

Sé que puede ser difícil creer que esto ocurrió, ya que es incómodo pensar en que alguien pueda ser tan perverso. Especialmente cuando esa persona parece ser buena en otros aspectos de su vida.

Para quienes hemos sido víctimas de este tipo de acciones, denunciar es muy difícil. Sabemos que seremos juzgados y señalados como mentirosos o exagerados. Además, enfrentamos una carga emocional muy grande.

Yo esperé muchos años antes de poder denunciar. Tenía miedo de que no me crean. Pero finalmente decidí hablar, porque creo que solo la verdad puede traer justicia y paz.

Cuando presenté mi denuncia a la Iglesia católica, el Vaticano tomó medidas y expulsó al Sr. Julio Cesar Aguirre de su posición como sacerdote. Esto fue un alivio para mí. Pero la noticia no se difundió correctamente en mi parroquia, lo que causó confusión entre los fieles.

Seguí adelante con la denuncia para buscar justicia para mí y mi familia, y para alentar a otras posibles víctimas a que también denuncien si han sido abusadas. Mi mensaje es que debemos luchar por la verdad y proteger a los más vulnerables.

Hago un llamado a la solidaridad de todos ustedes:

– Escuchen a los niños y jóvenes.

– Infórmense sobre el abuso sexual.

– Si alguien les cuenta que fue abusado, créanle y apóyenlo.

Si la sociedad no apoya a las víctimas y justifica la violencia, los abusos continuarán. Es importante recordar que la mayoría de los sacerdotes no son abusadores. Pero las instituciones religiosas deben tomar más precauciones para prevenir estos casos.

Espero que mis palabras ayuden a entender el sufrimiento de las víctimas y nos animen a todos a denunciar lo que está mal y luchar por la verdad.

Gracias por escucharme.

María

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