La primera mujer gasista, plomera y electricista en todo el Norte revela cómo es estar en sus zapatos 

Noelia Altamiranda se capacitó muchos años para formarse en un rubro colonizado por hombres. Sus colegas y hasta autoridades han reconocido con sorpresa, el hecho de que sea la primera mujer electricista. A pesar de ser rechazada en ciertas capacitaciones, es un incentivo para otras mujeres y sostiene que es esencial perseguir los sueños, sin importar el género ni la edad. 

Si hay alguien se atrevió a romper con los mitos y las convenciones sociales, es Noelia Altamiranda. Su pasión la llevó a convertirse en la primera mujer de todo el Norte y la región en especializarse  formalmente como gasista, plomera y electricista matriculada (8659). 

Desde hace más de trece años, se dedica a la profesión que “ama como a nada en el mundo”. 

Su esposo Gabriel, es albañil y construye casas para alquilar, por lo que hace diez años atrás, la mujer contó que cada vez que se vencían los contratos (cada dos años) debían enfrentarse a las roturas que dejaban los inquilinos en los calefactores, aires acondicionados, cloacas, chimeneas, llaves de luz, entre otros. 

En el 2010, llegó a sus oídos que se habilitaba un curso de electricista en Colonia Caroya. Noelia pensó en su esposo y se lo recomendó, pero la respuesta fue “no andá vos”. Así fue que la mujer pensó por primera vez en la “remota posibilidad” de ser electricista. 

Aprendió el oficio estudiando entre 20 hombres, durante la intendencia de Rodolfo Visintin en Colonia Caroya. Al culminar el curso contó que el intendente no pudo evitar mencionarle que “era la primera vez en la historia que había visto una mujer electricista”.  

La primera persona que confió en su trabajo fue una vecina que “le dio toda la casa completa” para una instalación. Desde ese momento, la fueron recomendando entre vecinas, por tías, abuelas, madres, hermanas y “se empezó a hacer  una cosa de boca en boca”, en donde muchas personas le brindaron trabajo. 

Durante la intendencia de Gabriel Frizza, el municipio de Jesús María habilitó un curso para futuros gasistas. Cuando se inscribió contó que en principio no la quisieron inscribir “por ser mujer”. 

Ante los hechos, la mujer se contactó con el intendente, quién se encargó de hablar con los municipales para que la tomaran. En su segunda capacitación, se recibió como gasista en el año 2013.  

Luego siguió capacitándose en la ciudad de Córdoba para obtener su título como gasista en segunda categoría, y así desempeñarse en edificios, fábricas y municipios. 

Noelia logró un gran avance en su profesión personal. Además de convertirse en la primera mujer en el rubro, fue reconocida y llegó a trabajar en diferentes localidades como Córdoba, La Calera, Cerro Colorado, Deán Funes, Colonia Caroya, Jesús María, Sinsacate y más. 

“Se me abrieron un montón de puertas de trabajo que antes no tenía. Muchos colegas se sorprendieron porque no habían escuchado nunca a una mujer profesional en el rubro”, contó Noelia. 

En su cotidianidad, trabaja en obras junto a albañiles, realiza instalaciones de agua y gas, diseña planos para Ecogas y se relaciona constantemente con colegas electricistas. 

Un hecho extraño que contó es que “por ser mujer “ es que los dueños de casa tienen más “confianza”, al punto de dejarle las llaves de sus viviendas y asustarse durante sus trabajos de instalación. 

“Si ustedes quieren ser astronautas, estudien, luchen, como yo lo hice, cualquier persona puede capacitarse. No importa la edad, si uno tiene ganas, puede llegar muy lejos. Gracias a mi profesión he logrado muchas metas, que quizás siendo una ama de casa no las hubiera logrado nunca”, reflexionó la mujer.

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